¿QUÉ HAY?
¿Qué hay?
Una de las muchas preguntas que nos hacemos los seres humanos las veces que nos ponemos a reflexionar sobre nuestro entorno y nuestra existencia. No hay una sola respuesta válida para esta cuestión, puesto que cada persona responde de acuerdo a sus creencias, ideologías y percepciones.
¿Qué hay entonces? Lo que hay es lo que se puede percibir con los sentidos, sin embargo también es lo que existe más allá del entendimiento humano, más allá de nuestros sentidos. Hoy en día, los seres humanos somos conscientes de que la existencia de seres, objetos y materia no la podemos reducir a una lista de lo que nuestra especie es capaz de percibir con los sentidos, estudiar o entender. Tenemos la certeza de que siempre habrán realidades del universo imposibles de ver, oler, tocar, probar, escuchar, entender, estudiar, racionar, cuantificar... Por tanto nuestro conocimiento de lo que hay nunca será completo, lo único que podemos asegurar es que lo que hay es dinámico; está constantemente cambiando.
Por otro lado, podemos afirmar que lo que hay es lo que cree cada individuo que existe. Por ejemplo, para muchas personas hay un ser superior a nosotros que controla todo a su voluntad; pero no quiere decir que para los demás exista. La respuesta a lo que hay se basa en las experiencias previas del individuo, en las creencias de los que lo rodean, en la percepción que tenga sobre su propia existencia, en su entorno físico, en sus pensamientos.
Podemos asegurar que la respuesta a esta pregunta es un concepto dinámico solo por el hecho de comparar la sociedad actual con sociedades anteriores. Lo que hay no es lo mismo a lo que había en épocas pasadas, y esto se debe a que en cada parte de la historia del ser humano han existido diferentes pensamientos, sociedades, relaciones con el entorno e ideologías. Por ejemplo: nadie hubiera imaginado hace diez mil años que en la naturaleza hay leyes que no vemos pero que existen, pero sí creían en la existencia de seres que controlaban esta naturaleza pero que no podían ver. No es lo mismo lo que había cuando las personas creían en el teocentrismo, que lo que había cuando se empezó a desarrollar el pensamiento antropocentrista.
Además, podemos observar que lo que hay va aumentando proporcionalmente al desarrollo de la ciencia y tecnología. Aunque nunca podremos tener el conocimiento pleno de todo lo que hay, el ser humano descubre cada día nuevas leyes, la existencia de nuevos objetos, nuevos elementos de la naturaleza, crea nuevos objetos, nuevas ideologías. Gracias al pensamiento y capacidad de raciocinio de la humanidad actual, gracias al hombre moderno lleno de curiosidad por el universo en el que vive, y con ayuda de la ciencia y tecnología; nuestra concepción de lo que hay está en constante movimiento y se va dilatando cada vez más.
En la actualidad, desde un punto de vista global sin meternos en el mundo de las creencias propias, hay una humanidad que ha logrado cambiar lo que había antes, ha logrado profundizar el concepto de lo que hay, al mismo tiempo que ha cambiado su percepción del universo.
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