Disertación de la película Sunshine.
En esta película de ciencia-ficción podemos observar uno de los conflictos que ha estado presente desde hace siglos: Dios y ciencia. Esta película abre de nuevo este extenso debate en el que numerosos filósofos y científicos se han quedado atrapados. ¿ Realmente es posible hablar de Dios y ciencia sin conflicto? ¿Pueden convivir juntos?
La mayoría de las personas creen que el concepto de Dios y ciencia son totalmente incompatibles. Muchos han intentado demostrar lo contrario, por ejemplo Tomás de Aquino que mediante sus cinco vías de la existencia de Dios probó que la fe y la razón se complementan. Sin embargo analizando aún más la película podemos entender que no es este dilema el que quiere transmitirnos; va más allá.
En este filme se muestra en su finalización cómo la forma de obrar del que cree conocer a Dios y su voluntad es totalmente diferente a la forma de actuar de los hombres de ciencia que quieren salvar al mundo, a la humanidad. Nos muestran cómo el capitán Pinbacker quiere supuestamente cumplir con la voluntad de Dios e impedir que se salve la humanidad.
Por otro lado, vemos a los científicos intentando salvar a la humanidad a toda costa.
Esto puede representar un pensamiento o ideología que concibe a Dios como un obstáculo para el desarrollo de la humanidad, el desarrollo de la ciencia. No la existencia propia de Dios, sino la creencia de forma fanática y deshumanizada en Él. Es decir, la creencia en Dios puede llegar a hacer daño a la humanidad, pero no solo la creencia en Él sino todo tipo de creencias, ideologías y pensamientos que deriven en el peligroso y autodestructivo fanatismo: ideas que lleguen al extremo deshumanizado de nuestra naturaleza.
Claramente Dios no es el que impide a la humanidad desarrollarse prosperamente, nosotros mismos somos ese obstáculo. La humanidad misma ha sido la responsable de su propia destrucción; la mayoría de actos atroces han tomado como excusa o justificación la creencia plena en algo. Ese algo puede ser Dios, una figura pública e influyente, una religión, una percepción de la vida… Este fanatismo casi siempre es producto de interpretaciones erróneas que las mentalidades cerradas pueden llegar a desarrollar. En la película, Pinbacker ha desarrollado una obsesión por cumplir en lo que cree, dejando de lado su razón, su humanidad, dejando de lado todo tipo de atadura moral. Pero esto no le pasa solo a los enfermos mentales, o a personas “locas”, nos puede pasar a cualquiera de nosotros. Los seres humanos somos propensos
Es bien sabido que en el nombre de Dios se han hecho genocidios, se ha discriminado, segregado, y se han hecho innumerables injusticias; echarle la culpa a Dios de la desgracia del ser humano puede llegar a ser lo más fácil, pero erróneo. Decir que solo la ciencia ha sido la responsable del desarrollo de la humanidad también sería una afirmación errónea. Hasta la ciencia que se supone que es un ente de razón, es un arma peligrosa en manos del ser humano. Así que ni siquiera la razón es la solución o el camino para la humanidad, porque somos expertos en tergiversar, creer a ciegas en lo que nos dicen, obedecer sin escrúpulos y perder nuestro juicio fácilmente. Esto fue lo que le ocurrió a Pinbacker, pero ¿qué llevó a la humanidad a esa situación?, ¿qué generó esa delicada situación de ésta? La respuesta siempre será el humano, la humanidad.
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